Nacido en Rusia hace 40 años, Beloshchin lleva una doble vida. Por el día es el Presidente de la Federación Rusa de Wing Chun y enseña artes marciales chinas a interesados por todo el mundo.
Sus ratos libres los dedica a su afición, la fotografía ― concretamente, la fotografía submarina experimental―, retratando desde impresionantes estampas de cuevas submarinas a bonitas fotos de moda cuidadosamente montadas a ras de la superficie del agua.
"En busca de lo increíble" ha hablado con este intrépido explorador acerca de su pasión por la fotografía submarina.
¿Creciste al lado del mar?
En absoluto, aunque cada vez que iba al mar de pequeño, nadaba. Empecé a practicar el buceo a pulmón cuando tenía 12 años y el submarinismo 10 años después. Al principio no era más que un pasatiempo, pero luego empecé a trabajar como instructor de buceo y durante un tiempo incluso tuve mi propio centro de buceo. En 1999 empecé a sacar fotos de las profundidades submarinas.
¿Cuál es el lugar más increíble del planeta para retratar?
México es un paraíso para la espeleología. Intento ir allí tres o cuatro veces al año, tanto por las oportunidades que presenta para fotografiar, como para hacer inmersiones submarinas. Las cuevas mexicanas son poco profundas, suelen tener entre 15 y 20 metros de profundidad —y su paisaje es muy interesante— es muy difícil encontrar parajes tan bonitos en otros lugares. Las fotos más profundas que he sacado han sido a 105 metros en el mar Rojo.
¿Qué técnicas utilizas para sacar unas fotos tan asombrosas en una cueva submarina?
Pues, en realidad, es un juego de luces. Uso una gran variedad de flashes, hasta seis, para fotografiar las cuevas submarinas.
© Anatoly Beloshchin
Sí. Una vez, en una inmersión submarina, se me ocurrió fotografiar a modelos bajo el agua. Cuando iba ascendiendo hacia la superficie, me fascinó el resplandor del sol en el agua, aunque este no sea algo que merezca la pena fotografiar de por sí, ya que le faltan los elementos. Así que se me ocurrió la idea de añadir a la imagen una mujer y retratarla bajo el agua. Luego empecé a pulir esa idea y ahora se ha convertido en una corriente de mi trabajo.
Debe ser difícil encontrar una modelo que se preste…
Sí, sin duda. Cualquier modelo sabe posar en la superficie, pero bajo el agua es otra historia, ¡hay menos gravedad! Una modelo de fotografía submarina tiene que haber practicado submarinismo. Normalmente, suelo formar a las modelos yo mismo, pero es una gran ayuda que hayan hecho algo de buceo a pulmón. Solemos pasarnos entre tres y cuatro horas en el agua, aparte de lo que tardamos en montarlo y prepararlo todo antes de la sesión de fotos. Debajo del agua la comunicación es más complicada y es importante que todo el mundo entienda bien lo que hay que hacer antes de sumergirnos.
¿Hay algún lugar de la Tierra donde te gustaría sacar fotos y que aún no hayas visitado?
No tengo mucho tiempo para irme de vacaciones, propiamente dichas. No suelo irme al mar por puro placer, solo voy para sacar fotos. Si viajo a un país para practicar artes marciales y tengo tiempo libre, intento sacar fotos. Pero en el futuro, me gustaría visitar Papúa Nueva Guinea, Socorro y las islas Galápagos.
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Space se hizo famosa gracias al boom de la música dance en Reino Unido, cuando los británicos acudían en masa a Ibiza en busca del paraíso musical. No obstante, le debe su impresionante longevidad a varios expertos pinchas: Carl Cox, Brandon Block y Paul Oakenfold tienen su sede en Space, y también a la mítica terraza sobre la que pasan los aviones que van a aterrizar y son saludados por un mar de gente con los brazos en alto.
Berghain, BerlínEn esta antigua planta eléctrica del distrito de Friedrichshain, la política de admisión es muy estricta. Mejor llegar temprano o muy tarde, y apréndetentes algunas frases en alemán. Pero si logras entrar, disfrutarás de las infinitas posibilidades de Berghain. Sí, es enorme: la pista de baile tiene una increíble altura de 18 metros, pero es el sistema de sonido Funktion One y la muchedumbre deseosa de fiesta hacen que este sea el mejor lugar del mundo para perderte en una noche de techno.
Robert Johnson, Frankfurt
Esta joya oculta se encuentra en Ofenbach, a las afueras de Frankfurt. Cocoon, un club cercano propiedad de Sven Vath, atrae a un público más corriente, pero Robert Johnson —un club de remo reconvertido y dirigido por el pincha Ata— tiene mejor reputación entre los entendidos. Un sistema de sonido Martin Audio de alta gama llena este íntimo espacio de sonidos vistosos y la sala está insonorizada para retener las potentes bajas frecuencias. El cartel de pinchadiscos es secreto por lo general, por lo que la gente entendida acude más en busca de la experiencia que de grandes nombres.
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