Vive y convive, ama y trata, saca adelante y practica empatía con un niño con TDAH medicado o no y entonces dime que el TDAH no existe y que no necesita de medicación.
Mira a los ojos de un niño que sufre lo que llaman TDAH y dile que no existe y dile que no necesita nada y que eso que toma y que le hace rendir más y mejor es una droga.
Dile tú, que dices que el TDAH no existe, dile tú mismo a ese niño que sufre, que no le vas a ayudar porque no le pasa nada.
Mira a sus ojos que lloran porque no sabe lo que pasa, mira a sus ojos que pierden el brillo por la tristeza y la angustia de ver que todos lo rechazan, mira a sus ojos y encontrarás la respuesta del que sabe que algo hace mal pero es algo que ni comprende del todo ni puede controlar.
Mira a los ojos de un niño que sufre lo que llaman TDAH y dile que no existe y dile que no necesita nada y que eso que toma y que le hace rendir más y mejor es una droga.
Dile tú, que dices que el TDAH no existe, dile tú mismo a ese niño que sufre, que no le vas a ayudar porque no le pasa nada.
Mira a sus ojos que lloran porque no sabe lo que pasa, mira a sus ojos que pierden el brillo por la tristeza y la angustia de ver que todos lo rechazan, mira a sus ojos y encontrarás la respuesta del que sabe que algo hace mal pero es algo que ni comprende del todo ni puede controlar.
Vive y convive, ama y trata, saca adelante y practica empatía con un niño con TDAH medicado o no y entonces dime que el TDAH no existe y que no necesita de medicación.
Mira a los ojos de un niño que sufre lo que llaman TDAH y dile que no existe y dile que no necesita nada y que eso que toma y que le hace rendir más y mejor es una droga.
Dile tú, que dices que el TDAH no existe, dile tú mismo a ese niño que sufre, que no le vas a ayudar porque no le pasa nada.
Mira a sus ojos que lloran porque no sabe lo que pasa, mira a sus ojos que pierden el brillo por la tristeza y la angustia de ver que todos lo rechazan, mira a sus ojos y encontrarás la respuesta del que sabe que algo hace mal pero es algo que ni comprende del todo ni puede controlar.
Mira a los ojos de un niño que sufre lo que llaman TDAH y dile que no existe y dile que no necesita nada y que eso que toma y que le hace rendir más y mejor es una droga.
Dile tú, que dices que el TDAH no existe, dile tú mismo a ese niño que sufre, que no le vas a ayudar porque no le pasa nada.
Mira a sus ojos que lloran porque no sabe lo que pasa, mira a sus ojos que pierden el brillo por la tristeza y la angustia de ver que todos lo rechazan, mira a sus ojos y encontrarás la respuesta del que sabe que algo hace mal pero es algo que ni comprende del todo ni puede controlar.
Mira a los ojos de un niño que sufre lo que llaman TDAH y dile que no existe y dile que no necesita nada y que eso que toma y que le hace rendir más y mejor es una droga.
Dile tú, que dices que el TDAH no existe, dile tú mismo a ese niño que sufre, que no le vas a ayudar porque no le pasa nada.
Mira a sus ojos que lloran porque no sabe lo que pasa, mira a sus ojos que pierden el brillo por la tristeza y la angustia de ver que todos lo rechazan, mira a sus ojos y encontrarás la respuesta del que sabe que algo hace mal pero es algo que ni comprende del todo ni puede controlar.
EL MAR QUE LLEVO DENTRO
Me siento a mirarlo y me parece un milagro
cómo cambia de forma a su gusto y a su antojo,
ayer lo recuerdo agitado y salvaje,
hoy, paz y calma ante mis ojos.
Y se cuela en el alma de hombres
de honor y gran coraje, pescadores humildes
marinos, piratas y salvajes.
Y nunca es igual y siempre es el mismo,
¡cuánto más lo miras, más lo conoces!
y ¡cuánto más lo conoces más te asusta y aun así lo amas y lo admiras.
Te atrapa, te engatusa, te da, te quita,
te trae y te lleva con un vaivén
que te adormece, te gana, te vence,
te estremece y nunca lo olvidas.
Si amas, ya lo sabes;
el Amor es el Mar que llevas dentro,
te gana, te vence, te estremece,
y nunca lo olvidas.
Te trae y te lleva, te da y te quita,
te engatusa, te atrapa,
¡cuanto más lo conoces mas te asusta!
y aun así lo amas y lo admiras.
Y aman todos; marinos, piratas y salvajes,
y se cuela en el alma ante tus ojos
adoptando la forma que quiere
“Es un capricho de Dios”
es un antojo.
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