¿¿¿ A DONDE VAN LOS VOTOS ??
¡¡¡ PUES AL CUBO DE LA BASURA !!!1
¿¿¿ DONDE VAN NUESTROS C.V. ???
¡¡¡ AL MISMO SITIO DE AL QUE FUERON LOS VOTOS ¡¡¡¡¡
etc etc etc etc etc etc etc etc etc etc
ESPAÑA ESPÀÑITA TAN LLENA DE MIERDITA
si hiciese falta reforzar la sostenibilidad..... se podría empezar por anular las progresivas reducciones que durante los últimos años han experimentado las cuotas empresariales a la Seguridad Social."
"Es necesario resaltar en este sentido que la presión fiscal en nuestro país es una de las más bajas de Europa"
Moraleja, la solución según este articulo pasa por descapitalizar a los ciudadanos a través de subidas de impuestos.
Existe un crisis de ingresos en el Estado porque hay menos movimiento de capitales en el país, si se penalizan los movimientos automáticamente se reducen los ingresos(esto es mas claro que el agua, los datos del IVA los demuestran). La solución pasa por capitalizar a los ciudadanos; bajar los impuestos indirectos, directos, bajar la cotización a la seguridad social, bajar los impuestos de la personas físicas, impuestos de sociedades etc. Y en paralelo judicializar a los defraudadores.
Si las empresas tienen que pagar menos impuestos, tiene mas capacidad para generar inversión y esta inversión se traduce en mas puesto de empleo, desarrollo tecnológico que a su vez permiten aumentar los ingresos en las arcas públicas.
Si una familia tiene que pagar menos impuestos, tiene mas liquidez al final del mes para ahorrar, planes de pensiones, planes universitarios para los hijos etc.
En definitiva el mercado somos todos, debe fluir y corregirse solo. Son los fundamentos de la economía.
La pregunta viene a cuento por la situación que vivimos actualmente. Recuerda la tesis de Ortega y Gasset sobre la naturaleza del hombre y la sociedad considerada como “una realidad constitutivamente enferma y deficiente”, escribe a finales de 1953 reflexionando sobre la noción de Estado. Parece oponerse a la definición clásica de Aristóteles de que el hombre es un animal político. Sin embargo, el pensador español desentraña el argumento implícito en la frase del filósofo griego. Ni el hombre ni la sociedad se bastan por sí. El impulso espontáneo que caracteriza a la naturaleza humana resulta insuficiente si el hombre no cuenta con la ayuda de otro hombre, por tanto de un mínimo reducto social, que depende de su inteligencia. Y la sociedad tampoco se mantiene sin medidas de orden público, políticas, pues hay “comportamientos antisociales”. Por eso crea el hombre la polis y dicta pautas de conducta, leyes. Son la base del sistema democrático, gobierno o maestría del lugar que habita el pueblo.
La acción popular es un clásico instrumento de participación popular en la justicia, cuyo reconocimiento en el caso español se remonta a la Constitución de 1869. Concretamente, comporta la posibilidad de que los ciudadanos se personen en un proceso penal para ejercitar la acusación aunque no sean víctimas directas. Este llamado a la participación ciudadana en el control del poder es, ciertamente, un arma de doble filo. Puede ser colmado por fuerzas garantistas y por fuerzas conservadoras.
En el caso español, por ejemplo, con frecuencia ha operado como un caballo de Troya utilizado por fuerzas conservadoras para marcar su agenda política y, a veces, para manipular o sabotear la labor de la justicia. Entidades como el sindicato ultraderechista Manos Limpias o Falange Española, de hecho, se encuentran entre sus más asiduos impulsores. La utilizaron contra el expresidente del Parlamento vasco, Juan María Atutxa, por no disolver el grupo Sozialista Abertzaleak, y la utilizaron también contra el juez Baltasar Garzón por investigar los crímenes del franquismo. Y el propio Partido Popular se valió de ella en diferentes ocasiones. Para entrar como acusación en el caso Gürtel, en el que los implicados eran sus propios dirigentes, o para sabotear o ejercer un control sobre la investigación, como explicaba Gonzalo Boyé en estas páginas a propósito del caso Bárcenas.
La corrupción siempre ha tenido pies de barro. Bajo la apariencia de la solidez, de la resistencia, de la sostenibilidad y la firmeza de la construcción, el andamiaje de la corrupción se tambalea y acaba por caer, enfangado en una torrentera de codicia. Pudiera ser una metáfora pero es un hecho: de la mano de constructores y arquitectos codiciosos, políticos, banqueros y empresarios corruptos han levantado un gigantesco entramado de obras espectaculares, faraónicas, inútiles, caras y con frecuencia defectuosas, que llenan sus bolsillos de dinero; las más de las veces, dinero sucio o dinero público. El paradigma de esta clase de construcción es el arquitecto valenciano Santiago Calatrava.
Si la arquitectura, la ingeniería y las obras públicas son también representación, la foto de lo que pasó el sábado en Benavente es la imagen misma de nuestro país: la flamante pasarela de madera derrumbada sobre el barro de los Cuestos de la Mota. Una pasarela construida sobre una tierra tan movediza que desde un viejo mirador siempre han podido apreciarse sus cambios naturales. Una pasarela construida ahí en contra de varios informes técnicos que lo desaconsejaban y con la oposición mayoritaria de la población. Una pasarela encargada por el Ayuntamiento de Benavente y construida por SOMACYL, empresa dependiente de la Consejería de Medio Ambiente de la Junta de Castilla y León. Una pasarela de madera que poco después de su construcción tenía carcoma. Una pasarela que era innecesaria y que, en una localidad de 19.000 habitantes y con altas tasas de paro, costó casi un millón de euros.
Conviene no olvidar que el alcalde de Benavente que llevó a cabo tal despropósito se llama Saturnino Mañanes. Y que tras el derrumbe ha seguido defendiendo la viabilidad del proyecto. Conviene recordar también que su concejal de Fomento se llama Manuel Vega. Porque conviene mantener fresca la memoria colectiva. Pero si la semana pasada quise combatir la homofobia del ministro Jorge Fernández Díaz recordando que, frente a nuestra legítima indignación, hay alternativas, como la de leer al docente y escritor queer Lucas Platero, hoy quiero combatir la arquitectura abusiva recordando que también en este terreno disponemos de alternativas, que hay una arquitectura que es debate, reflexión, encuentro, comunidad, creación, sostenibilidad.En los últimos meses la crisis financiero-inmobiliaria de la economía española ha exhibido uno de sus rostros más escandalosos: el de la corrupción sistémica. Casos como el de Bárcenas o Urdangarin han extendido la convicción de que se está ante una lacra incrustada en las principales instituciones del Estado, en los grandes partidos y en una parte no desdeñable del empresariado. Esta percepción ha conducido a muchos ciudadanos a pensar que las soluciones no pueden venir del propio circuito representativo. Que es hora de que la justicia actúe y de que la propia ciudadanía contribuya a ello. Es este contexto, precisamente, en el que se sitúa el debate acerca de la acción popular y la regeneración democrática.
Los llamados países de nuestro entorno intentan corregir la crueldad y la injusticia del capitalismo con una cierta protección al débil. No digo que en Europa sean más humanistas que en España, ojo. Son si acaso más refinados. Más astutos: protegen al débil porque el débil es siempre el consumidor. Y al consumidor hay que cebarlo bien, como a los cerdos, para que luego dé buenos jamones, es decir para que siga comprando.
¿Es España una sociedad enferma?
La barbarie del capitalismo español es tan primitiva que aquí más que banqueros y grandes empresarios lo que hay son señores feudales, tipos poderosos tan seguros de su situación, tan seguros de que no van a perderla nunca, pase lo que pase, que ya no encuentran placer en la mera posesión de bienes. Necesitan además sentir. Sentir la bestialidad de su poder y el sometimiento servil de sus semejantes.
No importa que el empobrecimiento o la aniquilación de la clientela perjudique a la larga sus intereses. Este es un razonamiento postindustrial al que nuestros banqueros y grandes empresarios todavía no han llegado. Ellos se encuentran todavía en una etapa anterior, anal, previa a la modernidad. No sólo quieren el poder, todo el poder. Necesitan además ejercerlo, apretar el gatillo de sus decisiones y sentir en el hombro donde apoyan la culata el retroceso seco de su disparo.
El Gobierno del Partido Popular, sin prisa pero sin pausa, está conduciendo a este país al abismo. Con la complicidad de los sectores en la sombra, de la Iglesia, de la Banca, de las grandes empresas transnacionales, de los intereses de las grandes corporaciones, de las grandes fortunas, del poder financiero, de los ricos y poderosos, está desmantelando no sólo el incipiente Estado del Bienestar que habíamos comenzado a disfrutar, sino todos los cimientos de la protección social que se había desplegado hasta su llegada al poder. El acoso y derribo a la clase trabajadora, a los de abajo, por parte de los poderosos, de la casta oligárquica, del Gobierno y de sus secuaces, las grandes empresas, la CEOE, los partidos que les apoyan, las Instituciones que los mantienen, y sus cómplices internacionales que los alientan, los justifican y los jalean, tales como la Comisión Europea, el FMI, el BCE, la OCDE, etc., nos están llevando a un escenario de caos y de fractura social.
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¡¡¡¡¡ MIRA, OTRO MENDIGO !!!! ESTE ES EL OTRO GRAN NEGOCIO DEL GOBIERNO ¡¡¡¡¡¡¡
Resulta que el Rey de España y su querida convencieron a un grupo de empresarios y bancos españoles (entre ellos, Cajamadrid y la Caixa) tremendas cifras de dinero con la promesa de desarrollar infraestructuras de energía y telecomunicaciones en Arabia Saudita. Mientras Corinna utilizaba sus artes para conseguir que los empresarios soltaran el dinero, el Rey movía los hilos para conseguir el sí de los sauditas. El asunto al final no llegó a buen puerto “la casi veintena de empresarios españoles que picaron el anzuelo llegaron al acuerdo de perder las aportaciones realizadas (capital calls) y pagar el 0,85% de las aportaciones totales comprometidas a cambio de liquidar completamente los compromisos contraídos. En total, las cantidades pagadas estuvieron alrededor de los citados 21 millones de dólares.
Según información de Eurostat, el sistema de pensiones de España es uno de los más baratos de la Unión Europea (UE). El gasto público español en pensiones fue en 2010 (último dato disponible) de 1.862 euros por habitante (equivalente al 10,7% del PIB). Esta cifra es muy inferior a los 2.769 euros de gasto medio en la UE (13% del PIB), los 3.421 euros de Alemania (12,8% del PIB), los 3.658 Francia (14,4% del PIB) o los 3.295 de Italia (16% del PIB). Es más, en España el 70% de las pensiones no superan los 1.000 euros mensuales, de modo que la pensión media contributiva es un 25% inferior a la media de la UE, y la no contributiva casi un 50%. El hecho de que el porcentaje del PIB dedicado al gasto en pensiones haya aumentado en España entre 2007 y 2012 (incrementándose en un 2% aproximadamente) no se debe a la “insostenibilidad” del sistema, sino a la propia crisis económica y a la gestión que se ha hecho frente a ella.
Los sin techo se han convertido en una clase social tipificada como lo es la clase obrera (que parecía a punto de desaparecer de tanta bonanza como disfrutábamos antes), la clase alta y la clase media, en vías de extinción. También la clase del pelotazo, antes llamada de nuevos ricos, denominación que se sigue aceptando como válida en nuestros días.
Considerada como enfermedad en expansión, el cáncer ciertamente puede parangonarse a los mendigos, porque si la enfermedad es el síntoma de la pobreza de salud, de espíritu, de medios vitales para sobrevivir, los sin techo muestran la imagen perfecta de ese proceso fatal.
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