martes, 8 de octubre de 2013

EL CIRCUITO DE LOS MENTIROSOS





RECOMIENDO   LEER    EL  BLOG


Mirando las noticias con espacio de meses, da la sensación de que la actualidad cambia constantemente, pero observándolas con perspectiva de años se repiten con una insistencia llamativa.
La quinta temporada de Reflexiones de Repronto empieza con los tecnócratas, un asalto en 2011 donde se invistieron presidentes evitando las urnas y donde constituciones que durante décadas se habían descrito como normas perpetuas e innegociables se modificaron en un suspiro y sin consultas.
Pese a que seguimos inmersos en la acometida de los tecnocratas, habrá espectadores impacientes que piensen que esta entrega alude a noticias viejas y a periódico mustio. El término “tecnócratas” no tiene ahora la vigencia con la que nos sometió. Podrán reunirse con los lectores del futuro: la prisa de los meses maquilla la repetición de los años cambiando las palabras para nutrir la desmemoria, así que cuando afloren los nuevos nombres podrán proyectar esta entrega de Repronto con plena actualidad.

- Lo que maneja el Doctor al inicio del capítulo es un ejemplar de Big Numbers, un tebeo con guión de Alan Moore y dibujo de Bill Sienkiewicz que tristemente quedó incompleto. Sí culminaron otra obra, que sigue inédita en España: la extraordinaria Brought to Light.
- Sobre la mesa luce el libro Tablas y fórmulas de matemática aplicada, un manual de resolución de ecuaciones. Rima con las simplísimas divisiones que aparecen en las tarjetas que el Doctor baraja a mitad del capítulo: el miedo a los números mete en un mismo saco los cocientes sencillos y las ecuaciones cuadráticas.
- El grupo musical Los Punsetes tienen una canción titulada Los Tecnócratas que pueden escuchar aquí. Supe de ella después de escribir esta entrega, pero sus frases no habrían desentonado: “siempre tienen razón / los números avalan su gestión / la tuya no“.
Curiosamente, los Punsetes (principalmente su guitarrista, Anntona) sí tendrían un papel importante en otra entrega de Reflexiones de Repronto: la próxima




 Lo que maneja el Doctor Repronto en el arranque es la guía para imprevistos que más fama ha tenido entre los pequeños: el Manual de los Jóvenes Castores (Montena, 1977), que lo mismo enseñaba a quitar una mancha que a construir doblando un papel un recipiente para hervir el agua. El primer título con el que se publicó en España fueManual del joven Excursionista (Buru Lan, 1973), pero esa edición tuvo menos predicamento.
- La máscara final no está hecha especialmente: es un producto comercializado. Gorka Limotxo (aqui su web) lo encontró en una madrileña tienda de disfraces.

http://minchinela.com/repronto/2007/10/31/capitulo-7-arte-contemporaneo/


Según dice un viejo adagio, el artista es un diez por ciento de inspiración y un noventa por ciento de transpiración. Es el trabajo y no el chispazo puntual lo que te hace progresar en la disciplina.
Esa frase es religiosa. Dibuja al artista como el intermediario entre los pobres humanos y el mundo de la belleza. Lo retrata como un elemento puro en una pugna limpia en busca de una realidad inmutable. Todo eso es pura fé. Te lo crees, o no. Y como en cualquier fe, realmente hay que tener ganas -o ceguera- para creerla. Porque a poco que mires con detalle, esa idea límpida y refulgente del arte y el artista muestra el armazón que la sustenta.
Y sin embargo, esa imagen religiosa del artista persiste. Esa idea de que el arte, en sus diferentes fases, es todo uno, consecuente en y con cada cambio, es una idea común en el hombre de la calle. Es ciencia infusa. Nadie que no sea todopoderoso ha podido modificar el inalcanzable concepto del arte.


Sin embargo, también es saber común que algo pasa con el arte moderno. Algo extraño. Las dos ideas no encajan. La pureza en una mano y ese algo pasa en la otra. Se intuyen los síntomas pero nadie se pregunta la enfermedad. Sabemos que hay algo pero decidimos no mirar. Como si fueramos empujados como por uno de esos agentes que dicen “¡circule! ¡no hay nada que ver aquí!”. O más, como si nos hubieran convencido para empujarnos a nosotros mismos, diciendo “¡circule!”. Definitivamente, algo muy extraño.
La historia que nos trae esta semana el Doctor Repronto es crucial en el arte del siglo XX. El momento en que las vanguardias de principios de siglo fueron simultáneamente abandonadas, anuladas y convertidas en una mascarada para legitimar los hechos posteriores. Una jugada que marcó el punto de inflexión. Las investigaciones ponen al descubierto las herramientas que lo permitieron y que posibilitarán que vuelva a suceder.
Pulsen en las imágenes para el ver el vídeo al tamaño de su gusto:





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