martes, 19 de febrero de 2013

ASESINO NESTLE

                                     YO   NO  COMPRO   NESTLE





Algunas de las estrategias miserables utilizadas por Nestlé para mercadear con la pobreza y negar el derecho al acceso al AGUA.
“El agua desempeña un papel fundamental en el desarrollo sostenible, incluida la reducción de la pobreza. Dada la importancia del agua en el alivio de la pobreza y en la salud humana y del ecosistema, la gestión de los recursos hídricos adquiere una enorme relevancia”.
Con este párrafo demagógico, estratégicamente seleccionado de un documento clave del PNUD (Programa de Naciones Unidas para el desarrollo) comienza uno de los Informes de la multinacional Nestlé sobre el agua. La compañía, que ostenta un record en cuanto a denuncias efectuadas por organizaciones y agencias de consumidores, inicia un informe plagado de mentiras y de información tendenciosa, que pretende ser el señuelo para que gobiernos y políticos le abran, aún más, sus puertas y poder eternizar sus prácticas, escandalosamente rentables. El triple escudo elegido por la compañía es perfecto, complementario a ese icono tan “tierno” que constituye su imagen de marca: el nido en el que dos aves nutren a su cría y la ayudan a “crecer”; el símbolo de las Naciones Unidas y un discurso, que apela a la solidaridad que se supone despierta en empresas e individuos, centrado en describir, desde la superioridad de un mundo “civilizado” que tiene el estómago lleno, la miseria y las penurias de los “pobres”.
Nestlé elaboró ese informe como una herramienta de marketing, a petición de nadie, en un intento de captar “enamorados de su misión solidaria con los pobres” y como argumentario escrito destinado a limpiar una imagen dañada, aunque no lo suficiente como para que, por fin, se investiguen, se hagan públicas y se sancionen sus prácticas abusivas e ilegales. El informe tiende una de sus trampas ya en el texto que puede leerse en sus primeras páginas:
“¿Por qué un informe Nestlé sobre el agua? Tres son los motivos por los que Nestlé ha publicado este informe. El primero, porque en nuestra condición de primera empresa mundial de alimentación y bebidas, nuestra actividad y la elaboración de productos de calidad para nuestros consumidores se basan en el acceso al agua limpia. Nos preocupa el estado del agua en el mundo, ahora y en el futuro. Esto afecta tanto a nuestra propia actividad como al futuro de las personas cuyo acceso al agua limpia se encuentra en peligroEl segundo motivo porque queríamos dejar constancia de las medidas que hemos tomado en relación con nuestra actividad de elaboración de alimentos, sobre la que tenemos control directo, y de los esfuerzos que hemos realizado para aumentar el acceso al agua limpia, de forma indirecta, fuera de nuestra actividad principal. El tercero porque deseamos contar con aportaciones de las partes interesadas y explorar los caminos que vamos a seguir en el futuro para contribuir a las mejoras del acceso al agua limpia en todo el mundo”
Con diagramas de barras y colores vistosos, el informe trata de impactar sobre el lector y procurar que se queden tatuadas en su mente cifras que, aún suponiéndose ciertas, no constituyen toda la información que deberíamos conocer. Según los datos expresados en la primera parte de ese informe:
● El número de litros ahorrados en la franja que va desde 2002 a 2006 fueron de 47 millones;
● Respecto a los litros de agua adicional empleados para producir un litro de agua embotellada, el ahorro en el mismo periodo fue de 8 millones de litros.
● Los litros de agua residual generada en la producción de 1kg de producto han descendido un 37%, lo que supone 35 millones de litros ahorrados.
● Los gramos de material de envasado utilizado por litro de agua embotellada por Nestlé han descendido en un 26%, es decir, se ha producido un ahorro de 354 millones de toneladas de material PLÁSTICO.
Si el lector, como pretende Nestlé, centra su atención sobre la palabra descenso, no reparará en las cifras gigantescas y en el significado que se oculta tras ellas. Nestlé habla de ahorro de millones de toneladas de agua, pero ¿qué sucedía antes de ese logro? El supuesto ahorro, que debemos aceptar en un acto de fe, puede ser considerado un despilfarro o, al menos, un gasto innecesario, máxime cuando hay otra cifra sangrantemente cruel: más de 783 millones de personas, en la actualidad, no tienen acceso al agua potable y las previsiones para 2015 son que algo más de dos tercios de la población mundial viva en zonas geográficas caracterizadas por la escasez de agua.
Otro término que sospechosamente se expresa sin ahondar en su implicación es el de “agua adicional”. Poco nos permiten saber las empresas que dominan el monopolio de la producción del agua mineral, Nestlé a la cabeza, sobre la procedencia real del agua (el lugar de procedencia no es en general un manantial cristalino rodeado de naturaleza viva y verde sino aguas subterráneas o agua potable tratada simplemente con ósmosis);  quién la fiscaliza o analiza; qué procesos reales se siguen para “purificarla” ni, un aspecto tremendamente importante, el daño real que  producen, a nuestra salud y a la del planeta, los millones de toneladas del plástico de los envases que utilizan, plástico llamado eufemísticamente por Nestlé en su informe “gramos de material de envasado”.
Nestlé coloca en el mercado unos 148.000.000.000, 148 MIL MILLONES DE LITROS DE AGUA ENVASADA. Se trata de envasar agua para negociar y lucrarse con ella y hacerlo con el agua que seroba a quienes no tienen posibilidad de beber: los mismos de siempre, los que no son rentables, los pobres. A ellos, a los más de 783 millones de seres humanos, se les impide, por acción u omisión, el acceso a un derecho irrefutable, admitido oficialmente por la ONU, aunque, cosa que como es habitual en las entidades que supuestamente velan por cualquier tipo de intereses del ciudadano, cuando se trata de temas tras los que hay empresas multinacionales ambiciosas y mercantilistas, lo hizo imperdonablemente tarde, en julio de 2010. El acto en el que este derecho, que a cualquiera que no negociase con el agua le parecería indiscutible, reflejó los trapicheos y los negocios, con intereses políticos y mercantilistas, que hay tras la industria del agua embotellada: la propuesta partió de Bolivia y fue avalada por 33 estados miembros de la ONU, especialmente por Venezuela.

La Privatización del Agua: Un Robo de las Empresas, Amparado por los Gobiernos


http://joseppamies.wordpress.com/2009/10/11/malaria-otro-genocidio-provocado/
“El agua desempeña un papel fundamental en el desarrollo sostenible, incluida la reducción de la pobreza. Dada la importancia del agua en el alivio de la pobreza y en la salud humana y del ecosistema, la gestión de los recursos hídricos adquiere una enorme relevancia”


No hay comentarios: