lunes, 3 de julio de 2017

HUMANO y REFLEXION

El destino no existe.

Y como futuro aproximado, tal vez te atrevas a afirmar que al siguiente segundo,  seguirás respirando, pero no podrás ir más allá de horas, tal vez. Porque la vida es azar, o tal vez,  un conjunto de causas, que han de ocurrir entrelazadas, y que ayudadas por la primera muchos confunden como suerte.

La vida no es más, que una probabilidad de algo.

Y por tanto, muchos viven creyendo en religiones, creyendo en espíritus o almas, chacras y demás… pero, la realidad pura y dura es, que tal vez sólo seamos un juego de nuestro subconsciente, y nuestros pensamientos, que no somos más que nosotros mismos, los que nos inducimos, a veces, ilógicos razonamientos.
Y aunque el hombre sea un animal racional. Tal vez seamos ilógicos por naturaleza. Y nuestro cúmulo de actos, nos lleven a nuestra merecida extinción.
Si por mí fuera, el acto que el hombre y todas esas asociaciones naturalistas que luchan por salvar este planeta, sea la propia extinción de nuestra especie, lo cual, nos sacaría del mundo como único animal racional, que como tal, aprovecha todos los recursos hasta el  límite y más, manipulándolos a su antojo… y dejar, paso al reequilibrio del mundo, lleno de animales que su único objetivo en la vida es la supervivencia, y la perpetuación de la especie.


Ser humano… respiras por defecto, destruyes por concepto, y piensas como castigo ante tu pensamiento de querer salir de la naturaleza… la vida te ahoga en sufrimiento… tus lágrimas te hunden en dolor… y no quieres volver a sentirte como te estás sintiendo… la vida no te llena, te sientes vacío, en un mundo perdido e ilógico… tu castigo, es no ser correspondido, ni entendido… tu virtud crear dolor, y tu defecto tener conciencia que te tortura de todo aquello que haces mal… piensas que una vida no tiene sentido sin motivos por los que luchar… y que los sueños se hacen realidad… la mentira es tu ambiente, y las lágrimas tu mar… que te ahoga ola a ola… y no puedes respirar… la verdad, es que el dolor de una sociedad que no te entiende es algo que no sabes aceptar, quieres escapar, quieres desaparecer y no volver a pensar… olvidar la vida y su destino, olvidar el dolor y las preocupaciones que van saliendo…
La libertad es un privilegio que creemos tener pero no tenemos… el creer que podemos hacer lo que queramos no es ccorrecto, porque todo acto malo tiene un castigo, pero… ¿quién sabe diferenciar qué es lo bueno de lo malo? ¿qué es lo que está pasando? Y tu castigo es encerrarte…
Y como humano caigo… me automutilo y corto mi lengua, mis latidos, y mis suspiros… como humano, soy malo, y acepto mi castigo, el dolor es continuo, y estoy harto de seguir vivo, esperar algo sin motivos… me pierdo… me desquicio, y lo único que quiero es mover el mundo con escritos… imbécil… si apenas puedo mover mi mundo, mantener mis ilusiones, y luchar por mis propósitos… ¿cómo voy a cambiar un mundo que me corta las alas al querer volar? Que no me cree al decir, gritar, y quedarme sin voz de no hablar…
Algún día explotaré, entonces llegará el momento de cambiar de táctica y luchar por cambiar a las masas… transmitir y que la gente te escuchar cuando hables…


 A la hora de la verdad, que es la de buscarse a sí mismo en lo objetivo, uno olvida todo y se dispone a no ser fiel más que a su propia sinceridad. Gerardo Diego
  A la manera que el río hace sus propias riberas, así toda idea legítima hace sus propios caminos y conductos. Ralfh W. Emerson
  A la república más que orden jurídico ha de importarle la realidad social del orden. Manuel Maura
  A la república solo ha de salvarla pensar en grande, sacudirse de lo pequeño y proyectar hacia lo porvenir. José Ortega y Gasset
  A las mujeres les gustan los hombre desesperados; si no los encuentran, los hacen. (Anónimo)
  A lo mejor, la alegría sólo son capaces de vivirla los que son incapaces de definirla. (Montserrat Roig.)
  A los empresarios les gustan las asambleas porque ellos las inventaron. George Bernard Shaw
  A los hombres fuertes les pasa lo que a los barriletes; se elevan cuando es mayor el viento que se opone a su ascenso. José Ingenieros
  A los que corren en un laberinto, su misma velocidad los confunde. Séneca
  A medida que avanza una discusión, retrocede la verdad. Anónimo
  A menos que se sepa todo a los veinte años no se tiene ninguna probabilidad de saber algo a los treinta y cinco. Ernest Hemingway

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