miércoles, 8 de junio de 2016

LOD MALOS y LOS NO TAN MALOS

Una Actitud Positiva Hacia La Muerte :: Descubriendo el libro tibetano de los muertos

Rabindranath Tagore dijo "sé que voy a amar la muerte ya que he amado la vida". Sin embargo a la mayoría de nosotros nos cuesta ver nuestra defunción con tanta serenidad. Por lo general nos llena con temor la idea de morir o de perder personas queridas. Nuestra sociedad nos enseña ver el mundo de una forma "materialista": es decir solo reconociendo lo que podemos observar directamente con los sentidos, o indirectamente por la ciencia. Desde este punto de vista la muerte es simplemente una terminación, un vacío y la perdida de todo que valoramos.

 Parte del problema es que el mercado laboral en España está repleto de profesionales con titulación universitaria y, según la ley de la oferta y la demanda, a mucha oferta se abarata el producto (sí, nosotros somos el producto. Así está la cosa). Súmale que estas vacantes laborales que requieren esa cualificación son más bien escasos, y el acceso a ellos suele tener unos criterios de selección digamos que peculiares. ¡Con razón la mayoría de los jóvenes españoles quiere ser funcionario! Si aquí se pagará 2.500 euros/mes a un licenciado, como se paga en cualquier país europeo, o los 4.000 dólares que se ofrecen en EEUU, se ofreciera un plan de desarrollo profesional y unas ventajas sociales de calado, está más que claro que no tantos jóvenes optarían por el funcionariado.
Entonces un encuentro con el "Libro Tibetano de los Muertos" nos puede sorprender bastante. Aquí nos enfrentamos con la posibilidad de que la muerte no sea solamente un momento trágico sino una oportunidad. Su título original "Bardo Thodol" quiere decir "la Gran Liberación por la Audición en el Estado Intermedio". Pertenece a la tradición budista "Nyingma", y de acuerdo con todas las ramas del Budismo reconoce la reencarnación. Da una descripción de la experiencia de morir, pasar por un estado intermedio y renacer. El propósito del texto es darnos instrucciones para aprovechar espiritualmente del momento de la muerte o ayudar una persona moribunda. Sin embargo las enseñanzas del libro tienen relevancia para toda la vida y no solo para nuestros últimos momentos.
Tradicionalmente en el Tíbet no se consideraba un texto muy avanzado o difícil de entender. Sin embargo nosotros carecemos del ámbito budista en que vivían los tibetanos. Necesitamos algunas explicaciones del simbolismo, de los términos claves y de la filosofía subyacente. 

  Como seres con las capacidades necesarias para el mercado laboral, supuestamente tenemos que ser elementos productivos y útiles de esta sociedad, por lo que se nos alienta a perseguir nuestros horizontes profesionales allá donde nos lleven. Hasta ahí bien, pero llega un momento en el que la cosa se complica. Estando ya tan cerca del tres y del cero, las necesidades vitales cambian, ¿o no? Llegados a una edad, por norma general, ya va siendo hora de montar una familia, un proyecto personal y buscar una calidad de vida.
Sin excusas ni ambages, ahí que llega uno (también por norma general) y se pone a trabajar donde encuentres un curro de lo tuyo (para los afortunados) o de lo que sea (en un elevado número de casos). El problema reside en que te pagan una mierda, con lo que, en el caso (también mayoritario) de no estar en tu casa, se te va medio sueldo en el alquiler y el otro medio en subsistir de la mejor manera posible y hacer un par de escapadas al año. Te das de cara con la realidad en tu proyecto personal de vida familiar: no tienes dinero ahorrado, por tanto, olvídate de la entrada del piso. Y si vives del alquiler…
A ello debemos sumarle, en mi caso, la falta de pareja. Así que mi proyecto se ha ido al garete antes de empezar, puesto que, a no ser que la ciencia avance hasta límites insospechados de los que no me gustaría ser partícipe, la proximidad física también es indispensable para el proyecto de llevar una vida en común.


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