Canción del pirata es un poema escrito por jIOSE DE ESPRONCEDA y publicado por primera vez en la revista El Artista en 1835, apareciendo de nuevo en poesias (1840), uno de los máximos exponentes de la poesía delRomanticisomo español. Exalta a un pirata como ejemplo de personalidad que vive al margen de la sociedad despreciando las convenciones y los bienes materiales. El protagonista tiene como máximo ideal la libertad.
Está escrito con tres esquemas de rima distintos:
- Cabeza: Dos estrofas con rima - a a b / - c c b de versos octosilabos con rima consonante, quedando libres 1º y 5º. La rima del 4º y el 8º es aguda.
- Estrofas: Compuesta por dos esquemas. El primero: a b a c c b, octosílabos con rima consonante. El segundo verso e terta . A esta sextilla se añade otra de ocho versos con esquema idéntico al de la cabeza de versos tetrasílabos. La rima de 4º y 8º verso es aguda, repitiendo el esquema de la cabeza.
- Estribillo: - a - a, copla ocot silaba a con rima asonante.
Con diez cañones por banda, viento en popa, a toda vela, no corta el mar, sino vuela un velero bergantín. Bajel pirata que llaman, por su bravura, el Temido, en todo mar conocido del uno al otro confín.
La luna en el mar rïela, en la lona gime el viento, y alza en blando movimiento olas de plata y azul; y va el capitán pirata, cantando alegre en la popa, Asia a un lado, al otro Europa, y allá a su frente Stambul:
«Navega, velero mío, sin temor, que ni enemigo navío ni tormenta, ni bonanza tu rumbo a torcer alcanza, ni a sujetar tu valor.
Veinte presas hemos hecho a despecho del inglés, y han rendido sus pendones cien naciones a mis pies.
Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
Allá muevan feroz guerra ciegos reyes por un palmo más de tierra; que yo aquí tengo por mío cuanto abarca el mar bravío, a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa, sea cualquiera, ni bandera de esplendor, que no sienta mi derecho y dé pecho a mi valor.
Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
A la voz de «¡barco viene!» es de ver cómo vira y se previene a todo trapo a escapar; que yo soy el rey del mar, y mi furia es de temer.
En las presas yo divido lo cogido por igual; sólo quiero por riqueza la belleza sin rival.
Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte! Yo me río; no me abandone la suerte, y al mismo que me condena, colgaré de alguna entena, quizá en su propio navío. Y si caigo, ¿qué es la vida? Por perdida ya la di, cuando el yugo del esclavo, como un bravo, sacudí.
Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.
Son mi música mejor aquilones, el estrépito y temblor de los cables sacudidos, del negro mar los bramidos y el rugir de mis cañones.
Y del trueno al son violento, y del viento al rebramar, yo me duermo sosegado, arrullado por el mar.
Que es mi barco mi tesoro, que es mi dios la libertad, mi ley, la fuerza y el viento, mi única patria, la mar.»
El Romanticismo es un movimiento revolucionario en todos los ámbitos vitales que, en las artes, rompe con los esquemas establecidos en el Neoclasicismo, defendiendo la fantasía, la imaginación y las fuerzas irracionales del espíritu. El Neoclasicismo aún perdura en algunos autores, pero muchos, que se iniciaron en la postura neoclasicista, se convirtieron ávidamente al Romanticismo, como el Duque de Rivas o José de Espronceda. Otros, sin embargo, fueron desde sus inicios románticos convencidos.
Se entiende por escenografía la labor de creación y diseño del decorado para una puesta en escena, es decir «todo el conjunto de elementos pintados o plásticos que en el teatro concurren a reconstruir idealmente el ambiente donde se representa la acción»1, identificando el espacio escénico como un lugar concreto, el medio físico de un evento dramático determinado. La representación constituye un principio esencial del teatro y para que ésta se verifique es preciso, además de que un actor interprete a un personaje ante un espectador, que dicha actuación se desarrolle en un espacio definido; un espacio que establezca las relaciones entre los actuantes y entre éstos y el espectador, cuya existencia es condición primera para que una representación sea teatro.
Durante los años 1820 y 1870, se desarrolla en España la literatura costumbrista, que se manifiesta en el llamado cuadro de costumbres, un artículo en prosa de poca extensión. Estos cuadros de costumbres prescinden de todo argumento o lo reducen a un esbozo, describiendo el modo de vida de la época, una costumbre popular o un estereotipo de persona. En muchos casos (como los artículos de Larra) contienen un alto contenido satírico.
El costumbrismo surge por el deseo romántico de resaltar lo diferente y peculiar, inducido por la afición francesa a dicho género. Se publicaron miles de artículos costumbristas, además limitó el desarrollo de la novela en España, puesto que en este género predominaban la narración y los caracteres individuales, mientras que en el cuadro de costumbres se limitan a describir a sus personajes como genéricos (torero, castañera, aguador, etc.). Se escribieron grandes compilaciones colectivas de artículos de este género, como Los españoles pintados por sí mismos(Madrid: Ignacio Boix, 1843-1844 2 vols., reimpresos en uno solo en 1851). Destacaron en él el madrileño Ramón Mesonero Romanos y el andaluz Serafín Estébanez Calderón
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