Antes de describir este problema hay que aclarar a qué se llama "obsesión" o idea obsesiva en psiquiatría, que no se corresponde exactamente con el concepto popular que se tiene de ella, al igual que ocurre con muchas otras (histeria, manía, etc.). Por idea obsesiva entendemos cualquier pensamiento, idea o sensación que aparece en una persona, de forma indeseada, y que de forma característica es repetitiva (aparece una y otra vez) y es considerada absurda, desagradable e incluso repugnante por parte del sujeto. Estas ideas causan gran angustia en las personas que las padecen, que tienen la sensación de "no poderse librar de ellas", y que, para disminuir esa tensión, comienzan a realizar ciertas conductas, también repetitivas y realizadas siempre de la misma manera; estas conductas son las llamadas compulsiones, o también rituales, dado el carácter "mecánico" que poseen. El ejemplo clásico, por ser uno de los casos más frecuentes, es la obsesión por la contaminación, que lleva al paciente a la compulsión de lavarse una y otra vez las manos (a veces hasta producirse lesiones en la piel) o a evitar el objeto supuestamente contaminado. La mayoría de las personas con este trastorno tienen obsesiones y compulsiones, aunque se pueden presentar también casos sólo con unas u otras, de forma aislada. Es importante aclarar también que en la vida diaria todos podemos experimentar síntomas obsesivos y rituales compulsivos de forma normal o "fisiológica" (por ejemplo, volver a casa para comprobar si hemos cerrado con llave o apagado el gas, pensar reiteradamente en un compromiso de la próxima semana); sólo cuando estas ideas o conductas se vuelven demasiado frecuentes e intensos, o interfieren en la vida sociolaboral o familiar del paciente hablamos de Trastorno Obsesivo-Compulsivo (TOC). Esta enfermedad se clasifica en psiquiatría dentro de las llamadas neurosis, trastornos en los que el paciente, en general, es consciente de que está enfermo (no ha "perdido el juicio"); esto no resta, sin embargo, gravedad al cuadro, ya que hay pacientes que experimentan un gran deterioro a nivel físico, laboral o familiar por la intensidad de los síntomas. Afortunadamente, en los últimos años se han producido avances muy importantes en el tratamiento, por lo que la gran mayoría de los pacientes pueden llevar una vida normal. Aproximadamente un 2% de la población general padece este trastorno, que afecta por igual a hombres y mujeres. La edad |
Aproximadamente un 2% de la población general padece este trastorno, que afecta por igual a hombres y mujeres. La edad de inicio se sitúa alrededor de los 20 años y es frecuente su asociación a otros trastornos mentales, fundamentalmente los trastornos depresivos. |
CÓMO SE PRODUCE
Como ocurre con la mayoría de las enfermedades mentales, no hay un solo factor responsable de su aparición, implicándose en ella factores genéticos, orgánicos (físicos) y psicológicos. Un 35% de los pacientes tienen padres, madres o hermanos afectados por la misma enfermedad, aunque suelen tener obsesiones y compulsiones diferentes a los de sus antecesores, por lo que se piensa que en algunos pacientes sí se "hereda" la capacidad de responder con obsesiones a las experiencias de la vida. En cuanto a los factores orgánicos, se han descubierto trastornos en el funcionamiento de algunos neurotransmisores (sustancias químicas cerebrales encargadas de transmitir los impulsos nerviosos) y de algunas zonas concretas del cerebro; estos hallazgos pueden explicar la buena respuesta que tiene la enfermedad a los fármacos que actúan modificando esas sustancias cerebrales. Por último, con respecto a los factores psicológicos, se observa con cierta frecuencia que los enfermos de TOC provienen de familias donde valores como la limpieza, el orden, la religión o la moral se han inculcado de forma exagerada. Esto podría generar una personalidad con rasgos obsesivos que facilitase la aparición posterior de un TOC; sin embargo esto no siempre es así, y de hecho la personalidad obsesiva es un trastorno generalmente independiente del TOC, con un tratamiento y pronóstico distintos. Por otro lado, las compulsiones tienen una finalidad "tranquilizante" en los pacientes, y esto hace que se consoliden, aunque el paciente también las considere absurdas e irracionales.
¿Cómo se manifiesta el TOC? ¿Cuándo debemos consultar al médico?
La angustia o ansiedad experimentada por los pacientes es variable; suele ser intensa sobre todo al comienzo del trastorno, pero se puede disipar hasta hacerse casi nula en casos de larga evolución. Por otro lado, las compulsiones pueden ser de dos tipos: físicas (lavado de manos o dientes, limpieza de objetos domésticos, comprobación de grifos o llaves, colocación de objetos de determinada forma, necesidad de hacer algo con lentitud extrema) o mentales (contar números, recitar palabras o párrafos, rezar, etc). Tanto unas como otras intentan reducir la ansiedad, pero lo hacen de forma incompleta, convirtiéndose también en un problema en sí mismas. El TOC puede ser desde un problema leve que sólo aprecie el afectado hasta un trastorno grave que impida al paciente desarrollar cualquier actividad y desestructure por completo su familia o entorno. Por ello, si observamos síntomas como los descritos o similares, y éstos son lo sufi-cientemente intensos como para interferir con la realización del trabajo o las relaciones socio-familiares (como, por ejemplo, pasar horas enteras colocando un cuadro o doblando unos pantalones, ser incapaces de levantarse de la silla pensando en algún asunto, acumular papeles por toda la casa por temor a tirar algo importante, volver una y otra vez a casa a comprobar si se han cerrado bien los grifos, durante toda una mañana...) deberemos consultar al médico, o directamente al psiquiatra. |
El TOC debe ser siempre evaluado por el psiquiatra, puesto que en la casi totalidad de los casos se precisará tratamiento farmacológico específico, que debe ser manejado por este profesional. Al psiquiatra se puede acceder directamente, o bien a través del médico de atención primaria, que derivará al paciente a éste. El diagnóstico suele hacerse por la historia clínica, siendo importante también descartar otros trastornos mentales o neurológicos, para lo cual puede ser necesario en ocasiones realizar pruebas diagnósticas complementarias (tomografía computerizada craneal, electroencefalograma). En cualquier caso se debe solicitar siempre la valoración por un profesional médico y evitar consultar a otras personas que carecen de toda capacidad para manejar este trastorno. |
Una pequeña parte de los pacientes se muestra resistentes a todos los tratamientos anteriores; en ellos puede requerirse la psicocirugía, técnica de cirugía cerebral que consiste en la sección de fibras nerviosas y que consigue mejorías en el 25-30% de estos pacientes. Hoy en día estas técnicas se han perfeccionado mucho y las secuelas derivadas de ellas (crisis epilépticas, parálisis, trastornos del habla) se han reducido de forma importante. |
Entre el 60 y el 80% de los pacientes, en general, presentan una mejoría al menos moderada con el tratamiento, mientras que el resto se mantienen estables o empeoran de los síntomas. A veces pueden pasar hasta 10 años hasta que el paciente consulta al psiquiatra, puesto que muchos pacientes ocultan sus síntomas. Por ello es importante acudir al médico en cuanto haya síntomas sugerentes de la enfermedad, antes de que las obsesiones y compulsiones se cronifiquen, puesto que el tratamiento será entonces más difícil. Un 30% de los pacientes presentan una depresión asociada, que constituye un dato de mal pronóstico, junto con el inicio del trastorno en la infancia, la personalidad obsesiva previa y la necesidad de hospitalización, entre otros.
MANÍAS OBSESIVAS
Y el comportamiento compulsivo, una serie de acciones que se necesitan realizar repetidas veces para que la obsesión desaparezca.
Dicho así, parece que estamos hablando de gente enferma, gente con algún desorden grave (¿o no os acordais de Jack Nicholson en “Mejor Imposible”?).
Pero,… quién de nosotros no tiene una manía, una pequeña obsesión con la que, seguramente, se ha acostumbrado a vivir y que hasta considera normal?
Así que… desenmascarémonos recinteros!! No teneis vosotros ninguna rareza digna de mención?? Como soy yo la que lanza la piedra, me temo que también soy yo la que tiene que empezar… Ahí van las mías!:
El volumen en las radios digitales de los coches.
Siempre tiene que estar en un número par. No soporto ver que está en el 13, por ejemplo. Lo tengo que poner en el 12 o en el 14 (aunque así esté demasiado alto o demasiado bajo). Si no lo veo, no pasa nada.
Pero si lo veo.. no puedo dejar de pensar que está en el maldito 13… y acabo cambiándolo! (también en los coches que yo no conduzco.. lo cual es más grave).
Puertas abiertas.
No puedo dormir (ni siquiera una siesta) con alguna puerta del armario abierta. Aunque esté muy cansada. Aunque esté completamente arropada entre el edredón y fuera haga un frío de muerte… si me doy cuenta demasiado tarde.. no me queda otra que levantarme a cerrarla. Eso… o no pegar ojo en toda la noche!
Monstruos bajo la cama.
Me da pánico sacar un brazo o un pie, o cualquier extremidad de mi cuerpo fuera de la superficie del colchón de la cama. Id a saber si es un trauma infantil por si aparecía un monstruo por debajo y me daba un mordisco… el caso es que a día de hoy no me atrevo…
Todo alineado por tipo de producto.
Un poco al estilo Beckham, cada vez que hago la compra y coloco la mercancía en la nevera, todo va perfectamente alineado. Y cuando voy consumiendo, lo realineo para que quede estéticamente “bonito”….. Un día hasta le eché la bronca a mi novio porque se le ocurrió poner los yogures al lado de las latas de refresco….
Cruzar en los pasos de cebra
Siempre tiene que estar en un número par. No soporto ver que está en el 13, por ejemplo. Lo tengo que poner en el 12 o en el 14
Pero si lo veo.. no puedo dejar de pensar que está en el maldito 13… y acabo cambiándolo! (también en los coches que yo no conduzco.. lo cual es más grave).
Puertas abiertas.
No puedo dormir (ni siquiera una siesta) con alguna puerta del armario abierta. Aunque esté muy cansada. Aunque esté completamente arropada entre el edredón y fuera haga un frío de muerte… si me doy cuenta demasiado tarde.. no me queda otra que levantarme a cerrarla. Eso… o no pegar ojo en toda la noche!
Monstruos bajo la cama.
Me da pánico sacar un brazo o un pie, o cualquier extremidad de mi cuerpo fuera de la superficie del colchón de la cama. Id a saber si es un trauma infantil por si aparecía un monstruo por debajo y me daba un mordisco… el caso es que a día de hoy no me atrevo…
Todo alineado por tipo de producto.
Un poco al estilo Beckham, cada vez que hago la compra y coloco la mercancía en la nevera, todo va perfectamente alineado. Y cuando voy consumiendo, lo realineo para que quede estéticamente “bonito”….. Un día hasta le eché la bronca a mi novio porque se le ocurrió poner los yogures al lado de las latas de refresco….
Cruzar en los pasos de cebra
superado a día de hoy (vamos restando…), pero hasta hace unos años, era incapaz de cruzar un paso de cebra pisando la parte negra. Tenía que ir de franja blanca en franja blanca! Y me agobiaba, pero no era capaz de hacer otra cosa…
…. Pero oye… aparte de estas “minucias”… soy una persona completamente normal!!!!
Curiosamente, casi todas las manías están relacionadas con la limpieza, el orden y la propia seguridad.
Me consuela, sin embargo, comprobar que no soy un bicho raro, y que quien más, quien menos, tiene sus rarezas.
Vaya!, que estamos todos un poco pirados no? Venga recinteros…. Desembuchaaaaaaaaaad!!!!!
…. Pero oye… aparte de estas “minucias”… soy una persona completamente normal!!!!
Curiosamente, casi todas las manías están relacionadas con la limpieza, el orden y la propia seguridad.
Me consuela, sin embargo, comprobar que no soy un bicho raro, y que quien más, quien menos, tiene sus rarezas.
Vaya!, que estamos todos un poco pirados no? Venga recinteros…. Desembuchaaaaaaaaaad!!!!!
mmmmhhh.. espera que pienso:
1. Siempre que cojo un avión, me he de santiguar, y eso que soy atea. Que me lo expliquen.
2. Tampoco puedo dormir con la puerta abierta. Y he de dormir siempre sin pijama, ni anillos, ni pendientes..
Y ahora no sé me ocurren más... es que soy muy poco maniática, la verdad... pero si, todo el mundo está un poco piradillo, jejeje
1. Siempre que cojo un avión, me he de santiguar, y eso que soy atea. Que me lo expliquen.
2. Tampoco puedo dormir con la puerta abierta. Y he de dormir siempre sin pijama, ni anillos, ni pendientes..
Y ahora no sé me ocurren más... es que soy muy poco maniática, la verdad... pero si, todo el mundo está un poco piradillo, jejeje
Estimada low, hay lugares donde usted puede recibir ayuda profesional para superar estas cosas...
Pues yo no tengo ninguna manía...
Jijiji,
Pagaría por ver a alguien saltando en los pasos de cebra.
Por ejemplo: tiene coña, pero el volumen de la radio siempre en impar, a ser posible en el 51. Me gusta ese nº.
Pero la mayor son los olores: salir de un bar oliendo a fritanga, o el del tabaco en la ropa, y alguna que otra...
Y de momento no se me ocurre ninguna más...y mira que tengo!!
Pagaría por ver a alguien saltando en los pasos de cebra.
Por ejemplo: tiene coña, pero el volumen de la radio siempre en impar, a ser posible en el 51. Me gusta ese nº.
Pero la mayor son los olores: salir de un bar oliendo a fritanga, o el del tabaco en la ropa, y alguna que otra...
Y de momento no se me ocurre ninguna más...y mira que tengo!!
Pincelito..... esos "cafeses".... que tienes Alzehimer o qué???
@simba
claaaaro... como que no eres tú maníatico ni nada!
@simba
claaaaro... como que no eres tú maníatico ni nada!
Vale, admito que tenía una manía, que era comprobar varias veces que había cerrado bien la puerta del coche. Y volvía a verlo. Ahora con mi super mando a distancia no me hace falta. La razón es simple, una vez me dejé abierto el coche en Noia, hace mucho. Y al volver flipé y desde entonces, tracatrá, manía al canto.
Por lo que veo tú y Low nunca podríais ir juntos en un coche... acabaríais matándoos por ver si la radio queda en par o en impar!!
Hola, guapa
Nada, que pasaba por aquí y aprovecho para contarte algunas de mis manías:
también odio el 13 en la radio del coche. Una vez estuve a punto de chocarme de frente con otro porqué no lograba ver el número del volumen debido a los rayos del sol, y me tiré como medio minuto intentando averiguarlo, mirando fijamente al radio.
lo de los pasos zebra yo también lo hacía! Pero al revés, yo sólo andaba por lo blanco.
Siempre aparco el coche en el lado izquierdo del parking cerca de mi trabajo.
En los restaurantes siempre intento evitar sentarme de espaldas a la puerta.
Cuando en el curro rajamos de los jefes, siempre tengo que revisar varias veces que no me he dejado ninguno de los teléfonos encendidos. Nunca se sabe...
Y, finalmente, cuando juego a tenis intento no pisar las rayas y nunca dar una vuelta de 360 grados sobre mí mismo.
Y, ojo!, no es que esté loco, eh. Algo supersticioso y para de contar.
Un abrazo,
sub
Nada, que pasaba por aquí y aprovecho para contarte algunas de mis manías:
también odio el 13 en la radio del coche. Una vez estuve a punto de chocarme de frente con otro porqué no lograba ver el número del volumen debido a los rayos del sol, y me tiré como medio minuto intentando averiguarlo, mirando fijamente al radio.
lo de los pasos zebra yo también lo hacía! Pero al revés, yo sólo andaba por lo blanco.
Siempre aparco el coche en el lado izquierdo del parking cerca de mi trabajo.
En los restaurantes siempre intento evitar sentarme de espaldas a la puerta.
Cuando en el curro rajamos de los jefes, siempre tengo que revisar varias veces que no me he dejado ninguno de los teléfonos encendidos. Nunca se sabe...
Y, finalmente, cuando juego a tenis intento no pisar las rayas y nunca dar una vuelta de 360 grados sobre mí mismo.
Y, ojo!, no es que esté loco, eh. Algo supersticioso y para de contar.
Un abrazo,
sub
Apúnteme a mi una de puertas de armario abiertas, y lo mismo con los cajones. En los pasos de cebra siempre piso en lo blanco (aunque lo hago de forma que no se note) y cuando estoy tajado y vuelvo a casa, lo mismo, pero además con las baldosas; cuando estudiaba en Santiago de Compostela, era horrible . Tampoco puedo estar sólo en una cocina con la radio encendida (justo lo contrario que mi madre o mi hermano).
Cuando bajo escaleras, nunca toco el último escalón (salvo que vaya un poco cocido).
Cada vez que voy a la ventana de mi habitación, tengo que tocar mi nohohon.
Salvo que tenga el motor frio, siempre hago doble embrague en el coche.
Salvo esas cosas, nada más, soy un hombre sencillo :P
Cuando bajo escaleras, nunca toco el último escalón (salvo que vaya un poco cocido).
Cada vez que voy a la ventana de mi habitación, tengo que tocar mi nohohon.
Salvo que tenga el motor frio, siempre hago doble embrague en el coche.
Salvo esas cosas, nada más, soy un hombre sencillo :P
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