CASTELLANA
El acento
prosódico es la mayor fuerza
con que se pronuncia una sílaba (sílaba
tónica)
de una palabra polisílaba cualquiera (de forma aislada) y de una monosílaba (si
se encuentra dentro de su contexto). Este tipo de acento se encuentra en todas
las palabras polisílabas y puede servir para diferenciar palabras según la
sílaba sobre la que se encuentre: público (esdrújula), publico (grave) y publicó (aguda).
El
acento gráfico o tilde, en cambio, no se utiliza siempre y sirve para marcar
dicha sílaba en determinados casos que no se rigen por las reglas generales.
Las
letras mayúsculas están sujetas a las normas de acentuación gráfica y deben
recibir la tilde cuando corresponda.
Reglas generales de acentuación,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,,
Según
la posición de la sílaba tónica dentro de la palabra, se distinguen cuatro
posibilidades de acentuación. Lo natural es que las palabras del castellano se
acentúen en la última o penúltima sílabas de acuerdo a su terminación y por
ello las reglas de uso del acento gráfico o tilde están establecidas para
aquellas palabras que no cumplen con esto.
Palabra
aguda u oxítona
Es
aquella palabra en la que la acentuación fonética recae en la última sílaba. El porcentaje de
palabras agudas en el léxico castellano es
inferior solamente al de las palabras graves, que son la mayoría. Lo normal es
que las palabras terminadas en consonante, excepto n o s
sean agudas, por lo tanto, llevan acento ortográfico las palabras agudas que
terminan en -n, en -s o vocal (salvo que la -s esté precedida por
otra consonante en -ns). Ejemplos: esmeril, sofá, camión, además,
"compás".
Palabra
grave, llana o paroxítona
Es
aquella palabra en la que la acentuación fonética recae en la
penúltima sílaba. La mayor parte
del léxico castellano está
compuesto por palabras llanas y éstas en su mayoría terminan en -n,-s o en vocal, tales
como hombre, caminas o suben. El acento ortográfico
lo llevan las palabras llanas que terminen en una consonante distinta de las
anteriores, como Bolívar, débil o cárdex. También se
acentúan cuando terminan en -s precedida de otra
consonante, como bíceps.
Palabra
esdrújula o proparoxítona
Palabras
sobresdrújulas
Es
aquella palabra en la que la acentuación fonética recae en la
trasantepenúltima sílaba. Las palabras
sobreesdrújulas llevan tilde (acento ortográfico). No obstante, en el caso de adverbioscreados a partir de adjetivo con el sufijo -mente, solo se
acentuarán en el caso de que el adjetivo lleve la tilde por sí solo.[1]. Por ejemplo, la
palabra fríamente lleva tilde puesto
que el adjetivo del que está formada (frío) también la lleva,
sin embargo efectivamente no la lleva ya que
tampoco la tiene efectivo. por ejemplo
déjeselo, repítemelo, cómanselo y recomiéndasela.
Formación
§ Añadiendo pronombres enclíticos al verbo, generalmente en
modo imperativo: dígaselo,
cuéntamelo, corríjaselo, prepáreselo, etc.
§ Añadiendo el sufijo -mente a un adjetivo que llevaba tilde antes
de la composición, con lo que se genera un adverbio de modo. En este caso, se
acentúan solo cuando a la forma original le corresponde llevar tilde sin el
sufijo. Por ejemplo: fácilmente, difícilmente, esporádicamente, etc.
Las
palabras que acaban en y, y se pronuncian
como i, no son
consideradas un diptongo.
Casos especiales
Nombres recomendados de
las letras del alfabeto
La
nueva ortografía no pretende interferir en la libertad de cada hablante de
seguir utilizando el nombre al que esté habituado.
§ La letra b se llamará be. Sin embargo no se
consideran incorrectos los nombres be
alta, be grande o be
larga.
§ El dígrafo ch (que son dos letras o grafemas que representan un solo fonema) no está incluido en los diccionarios desde la ortografía de
1999. La ch se ha eliminado del inventario de
letras del abecedario, pero no ha desaparecido del sistema gráfico del idioma
español. Este signo doble seguirá utilizándose como hasta ahora en la escritura
de las palabras españolas, en representación del fonema /ch/, como en «chico»
/chíko/. La novedad consiste, simplemente, en que deja de contarse entre las
letras del abecedario (después de la c no seguirá la ch sino lad).
§ La letra i se llamará i. No se considera incorrecto
el nombre i latina, que se
usa para distinguirla de la letra y cuando para esta última se emplea la
denominación tradicional de i
griega.
§ El dígrafo ll (que son dos letras o grafemas que representan un solo fonema) no está incluido en los diccionarios desde la ortografía de
1999. La ll se ha eliminado del inventario de
letras del abecedario, pero no ha desaparecido del sistema gráfico del idioma
español. Este signo doble seguirá utilizándose como hasta ahora en la escritura
de las palabras españolas, en representación del fonema /ll/ o ―para hablantes
yeístas―, del fonema /y/ o /i/, como en «calle» /kálie/ (España), /káie/
(América) o /káye/ (Río de la Plata). La novedad consiste, simplemente, en que
deja de contarse entre las letras del abecedario.
§ La letra r se llamará erre. Se considera incorrecto
el nombre ere para la r y
se desecha definitivamente.
§ La letra v se llamará uve. No se consideran
incorrectos los nombres ve
baja, ve chica, ve chiquita, ve corta o ve
pequeña.
§ La letra w se llamará uve doble. No se consideran
incorrectos los nombres doble
uve, doble u, doble ve, u doble, ve doble.
§ La letra y se llamará ye, que puede pronunciarse /ie/
o bien /ye/ (especialmente en Argentina y Uruguay). No se prohíbe el nombre y griega, pronunciado /i
griéga/.
§ La z se llamará zeta. Se consideran incorrectos
los nombres ceta, ceda y zeda y se desechan definitivamente.
Prefijos
Aunque
tradicionalmente los prefijos ya se escribían unidos a la palabra base por
coherencia con el sistema ortográfico de la lengua española e incluso su propia
manera de entender la lingüística, la ASALE no ofrecía normas concretas y
oficiales para su escritura, lo que cambió en 2010 con la publicación de la Ortografía de la
lengua española, ya que recopila, expone y explica la norma culta al
respecto e incluye algunas modificaciones.
Cuando
la palabra base del prefijo es una sola palabra, el prefijo deberá soldarse a
ella:
antiadherente
antirrobo
antitabaco
cuasiautomático
cuasidelito
exalcohólico
exjefe
exministro
exnovio
expresidente
posmoderno
posmórtem
posventa
precontrato
prepago
proamnistía
probritánico
provida
superaburrido
superbién
supermodelo
vicealcalde
vicesecretario
No
importa si la palabra base lleva detrás un complemento o adjetivo:
exjugador canalla
exnovio despechado
expresidente brasileño.
El
prefijo no se debe unir con guion a la palabra base, ni se debe separar de la
palabra base mediante un espacio en blanco:
no "anti-mafia" ni "anti mafia"
sino "antimafia"
no "anti-cancerígeno" ni "anti
cancerígeno" sino "anticancerígeno".
Si
una palabra está formada por varios prefijos que se han soldado a la palabra
base, estos deben escribirse igualmente soldados, sin guion intermedio:
antiposmodernista
requetesuperguapo.
En
cambio cuando la palabra base comienza por mayúscula (ya sea porque es una
sigla o a un nombre propio), el prefijo deberá unirse a ella mediante un guion:
anti-ALCA
mini-USB
pos-Gorbachov
pro-Castro.
En
estos casos el guion sirve para evitar la anomalía que supone que aparezca una
minúscula seguida de una mayúscula en posición interior de palabra.
También
es necesario emplear el guion cuando la base es un número, con el fin de
separar la secuencia de letras de la de cifras:
sub-21
super-8.
Cuando
la base está constituida por varias palabras, el prefijo deberá escribirse
separado:
anti Benedicto XVI
anti pena capital
ex cabeza rapada (ya que las dos palabras forman un
término pluriverbal).
ex número uno
ex primera dama
pero no "ex presidente brasileño" sino
"expresidente brasileño".
ex relaciones públicas
ex teniente de alcalde
pre Segunda Guerra Mundial
pro derechos humanos
pro Fidel Castro (pero pro-Fidel, pro-Castro o
procastrista).
súper en forma
vice primera ministra
Otras
reglas
§ La eliminación de las tildes en las palabras monosílabas que
se consideran diptongos ortográficos. Esta regla se aplica solo en la
escritura, no en la pronunciación (mientras que en la mayor parte de España son
pronunciadas como palabras bisílabas, en zonas de Hispanoamérica se pronuncian
como monosílabas). Esto ocurre, por ejemplo, con las palabras guion, truhan,
ion... siendo incorrectas las formas guión, truhán, ión...
§ La letra q en préstamos y topónimos mayores se
adapta a la ortografía española:
Iraq o Irak --> hoy solamente: Irak
quórum --> cuórum
quark --> cuark
Nota: La q solo aparecerá en las cadenas que y qui o
en extranjerismos y latinismos, que, en cambio, se escribirán en cursiva y sin
tilde (el quorum, el statu quo).
§ La conjunción «o» no debe llevar tilde nunca, ni
siquiera cuando se escriba entre números (esto elimina una recomendación
anterior al respecto). Por ejemplo:
Escriba los signos + o – en la casilla
correspondiente.
Terminaré dentro de 3 o 4 días.
Existen
diversos casos que no se ajustan a las reglas generales:
Monosílabas
Por
regla general, las palabras monosílabas no se acentúan nunca. La única
excepción es el caso en el que lleven tilde
diacrítica.
No se acentúan por tanto las siguientes palabras monosílabas que lo harían por
la norma de las agudas:
a
/ as / bien / bis / Blas / buen / can / cien / cio / clan / clon / con / El /
crin / crio / da / dais / dan / das /deis / den / des / di / dio / dios / do /
don / dos / e / en / es / fa / fan / fe / fes / fiais / fieis / fin / fio /
flan / fue / fui / gas / gran / gres / gris / gua / guiais / guieis / guio /
guion / ha / han / has / he / hui / huir / huis / id / ion / Juan /ley/ la /
las / le / les / liais / lieis / lio / lo / los / Luis / me / mes / mies / mis
/ mus / ni / non / nos / o / os / pan / pez / piais / pieis / pie / pies / pio
/ pis / plan / plus / pon / pues / pus / ras / re / res / riais / rio / ron /
ruin / san / seis / sien / sin / so / sois / son / su / sus / tan / ten / ti /
tras / tren / tres / tul / tus / u / un / vais / va / van / vas / ve / veis /
ven / ves / vi / vio / vos / ya / yo /...
Diptongos
Un
diptongo es un conjunto de dos vocales que se escriben juntas y se pronuncian
en una misma sílaba.
Las
palabras con diptongo llevan tilde solo si se
encuentran dentro de alguno de los casos de las reglas generales. Dentro del
diptongo, en el caso de llevarla, la tilde se coloca:
§ Vocal abierta (a, e, o) + vocal cerrada (i, u): siempre se coloca sobre la
vocal abierta (por ser la tónica), indistintamente si es abierta + cerrada o
cerrada + abierta (diptongo decreciente y creciente respectivamente): información, náutico.
§ Vocal cerrada + vocal cerrada: la tilde siempre irá sobre la
segunda vocal: interviú,
incluso si la vocal tónica es la primera. En algunas palabras estas
combinaciones vocálicas pueden pronunciarse como hiatos (por ejemplo fluir puede pronunciarse con diptongo fluir o con hiato flu -ir), sin embargo a efectos
de acentuación gráfica se consideran siempre diptongos.
Triptongos
Un
triptongo es un conjunto de tres vocales que se escriben juntas y se pronuncian
en una misma sílaba. Al igual que los diptongos, los triptongos solo se acentúan si
las reglas generales lo indican. En ese caso, la tilde se coloca siempre en la
vocal abierta (a, e, o): averigüéis.
Hiatos
Forman
dos vocales que se escriben juntas pero que pertenecen a sílabas distintas. Los hiatos se acentúan según
el tipo de vocales en contacto, al igual que con los diptongos:
§ Vocal abierta + vocal abierta: Este tipo de hiato se rige por
las reglas generales: caótico, zoólogo.
§ Vocal abierta + vocal cerrada: Siempre se acentúan,
independientemente de lo que exijan las reglas generales, sobre la vocal
cerrada (por ser la tónica): país, día. Este es un tipo de
acentuación especial llamada dierética.
Tilde
diacrítica
La tilde diacrítica distingue algunas
palabras con diferentes categorías gramaticales pero que se escriben igual
(homógrafos).
Ejemplos:
§ El perro
§ El perro lo tiene él
§ Para diferenciar entre significados:
§ Ya se lo he dicho
§ Ya lo sé (primera persona del presente del verbo saber)
§ Para diferenciar entre enunciativas e
interrogativas/exclamativas:
§ ¿Cómo lo
has hecho?
§ Lo he hecho como me dijiste
él = pronombre
personal = él llegó primero
el = artículo = el premio será para ti
tú = pronombre
personal = tú tendrás futuro
tu = adjetivo posesivo
= tu futuro no está escrito
mí = pronombre
personal = a mí me importas mucho
mi = adjetivo posesivo
= mi novia es la más guapa
sé = imperativo del
verbo ser / presente de indicativo del verbo saber = sé tú misma en todo momento, aunque sé que a veces te costará
se = pronombre = se puede ser como te digo
sí = adverbio /
pronombre = sí, puede ser, —se
dijo para sí—
si = condicional = si tú lo dices, así será
dé = presente de
subjuntivo del verbo dar = que nos dé su opinión de eso
de = preposición = llegó el hijo de mi vecina
té = planta herbácea
para infusiones = tomaremos un té
te = pronombre = te dije que te ayudaría
más = adverbio de
cantidad = todos queremos más
mas = (cuando es
sinónimo de "pero") = volveremos, mas no sé cuándo
aún = (cuando es sinónimo
de "todavía") = aún no ha venido a casa
aun = (cuando es
sinónimo de "incluso") = aun sin tu permiso, iré a verte
o/ó.
La nueva Ortografía de la RAE,
publicada el 17 de diciembre de 2010, indica que la conjunción o en ningún caso debe
tildarse. Por tanto, debe escribirse 1 o 3, 52 o 26, por ejemplo.
por
qué = interrogativo o
exclamativo = ¿por qué no te callas? / ¡por qué te haré caso!
porque= "da razón de algo" = "por causa de que..."
= porque te vi llorar
porqué = sustantivo =
"el motivo" = no sabemos el porqué de algunas cosas
por que = cuando el que es relativo = Las calles por que (=por las que) vienes son peligrosas
qué = pronombre
interrogativo o exclamativo = ¿qué quieres? ¡qué grande eres!
cuál = pronombre
interrogativo o exclamativo = ¿cuál escoges?
quién = pronombre
interrogativo o exclamativo = ¿quién llama?
cuánto = pronombre
interrogativo o exclamativo = cuánto has crecido
cuándo = pronombre
interrogativo o exclamativo = ¿cuándo vienes?
cómo = pronombre
interrogativo o exclamativo = ¿cómo lo haces?
dónde = pronombre
interrogativo o exclamativo = no sé dónde vives
cuán = adverbio de modo
exclamativo = ¡cuán gritan esos ruidosos!
Palabras
donde se puede prescindir de la tilde diacrítica
§ este, esta, estos, estas, ese, esa, esos, esas, aquel,
aquella, aquellos, aquellas. Estas palabras pueden funcionar como determinante
demostrativo (antes llamado adjetivo
demostrativo) o como pronombre demostrativo. Antiguamente se acentuaban
cuando tenían función de pronombre. Obsérvese que esto, eso, aquello, que solo
pueden ser pronombres, nunca se han acentuado.
§ solo. Puede funcionar como adjetivo o como adverbio.
Antiguamente se acentuaba cuando tenía función de adverbio, equivalente a solamente. Ejemplos:
§ A Tomás le gusta estar solo. (adjetivo)
§ Solo tomaremos fruta. (adverbio)
Hasta
la publicación de la Ortografía de la Real
Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua
Española de 2010 se tomaba
en cuenta, para distinguirla con tilde diacrítica, la ambigüedad en estas
palabras. A partir de su publicación ya no se toma en consideración la posible
ambigüedad. Todos los demostrativos y el término «solo», pueden
escribirse sin tilde. Textualmente se señala:
... ya que tanto el adjetivo solo como los
determinantes demostrativos son palabras tónicas, lo mismo que el adverbio solo y los pronombres
demostrativos, a partir de ahora se podrá prescindir de la tilde en estas
formas incluso en casos de doble interpretación.
Ortografía, 2010, pág. 269.
Palabras que
terminan en dos consonantes
En
estos casos habría que diferenciar las palabras agudas de las graves:
En el caso de las agudas, estas no deben llevar tilde
si tienen una doble consonante. Ejemplos:
Isbert, robots, tictacs.3
En el caso de las graves que tengan dos consonantes,
deberán llevar tilde aunque terminen en -s.
Ejemplos:
Bíceps, fénix /ks/, cómics.
Ortografía
ideal: Tratado de reforma ortográfica de la lengua castellana y de fonografía
comparada
El Tratado de reforma ortográfica de la Lengua Castellana y de fonografía
comparada es un tratado de ortografía escrito por José P. Gómez y publicado en 1914.
En él se propone una reforma ortográfica del español y de otras lenguas, entre
las que están el inglés y el francés, basándose en la ortografía del español
reformada en la misma obra por él.
En esta obra se crea novedad con
respecto a otros reformadores de la ortografía en la propuesta de escribir una tilde o virgulilla sobre la l y la r para representar los dígrafos ll y rr (l̃, r̃), como ya se hace con la letra ñ (originariamente la tilde servía como signo de abreviatura, pudiéndose
escribir como nn).
§ Se suprimen los digrafos
y letras: ch, ll, rr, h muda y q.
§ Se escribe siempre c con sonido duro ante las
cinco vocales; las silabas ce, ci con el valor de z, se escribirán con esta
última letra.
§ Se escribe siempre g con sonido débil ante las
cinco vocales, las sílabas ge, gi con el valor de j se escribirán con esta
última.
§ Se suprime la d final de los sustantivos.
§ La sílaba ex ante consonante queda
convertida en es.
§ La letra h sustituye al dígrafo ch.
§ Los dígrafos ll y la rr se escribirán: l̃ y r̃.
§ La y vocal se escribirá i, por lo que la y será siempre consonante.
§ El acento se empleará tan
solo en su valor tónico, suprimiéndose la tilde gramatical.
Acentuación de las palabras compuestas
Uno
de los problemas en el buen uso de la tilde lo presentan las palabras
compuestas. Por lo general, solo lleva tilde la última palabra del compuesto si
lo exige la norma. La primera palabra, sin embargo, la pierde al unirse a la
segunda, pues al formarse una nueva palabra ésta debe obedecer a la norma que
rige su uso: décimo + séptimo = decimoséptimo. Si
la primera palabra, no obstante, va separada de la siguiente por un guion, la
tilde se conserva como si de dos palabras simples se tratase: físico-química. Los
adjetivos que se unen al adverbio -mente conservan asimismo
la tilde: rápidamente, y
también las formas verbales a las que se les añade un pronombre: reírse. En el caso
de que tal forma verbal se convierta en esdrújula al unirse al pronombre,
deberá necesariamente acentuarse: bebe > bébetelo.
Las Naciones Unidas celebran el Día de la lengua española.
El objetivo es promocionar y apoyar aquellas iniciativas que promuevan el
plurilingüismo y multiculturalismo así como crear conciencia entre los
funcionarios, de la historia, la cultura, el desarrollo y el uso del español
como lengua oficial. La decisión de celebrar los Días de las lenguas fue
aprobada por el Departamento de Información Pública de las Naciones Unidas en
la víspera del Día Internacional de la
Lengua Materna, celebrado anualmente el 21 de febrero por iniciativa de
la UNESCO. Esta es una oportunidad para poner de relieve la importancia de la
lengua española dentro de la organización para la consecución de sus objetivos
y la difusión de su labor a un público más amplio. "El idioma llega a ser
para nosotros como un licor que paladeamos, y del cual no podemos ya
prescindir. Prescindir en el ensayo, en la busca de todos sus escondrijos, de
todas sus posibilidades, de todas sus puridades. Ya somos, con tanto beber de
este licor, beodos del idioma.
- Azorín -"
Contra
la impresión habitual de que el español estándar es simplemente la
"ausencia de modismos", es decir, una especie de núcleo común a todos
los dialectos, podríamos denominarlo "supradialectal", en realidad es
un lecto diferenciado por derecho propio, en el que se encuentran numerosas
formas ausentes en otras variedades lingüísticas; por ejemplo, ciertos tiempos
verbales —como el pretérito
anterior—
que virtualmente han desaparecido de la mayoría de variantes de español.
De
todos modos, debemos descartar el dialecto como forma peyorativa, puesto que
todos y cada uno hablamos uno distinto. La dificultad para percibir la
distinción se debe en parte a la fuerte tradición prescriptiva centralizada de la Real
Academia Española de la lengua —cuya
normativa en materia sobre todo de gramática y estilo ha dominado
históricamente la lengua escrita, jurídica y académica—, pero también al hecho
de que el español estándar no sea un dialecto acotado geográficamente a una
determinada región, sino una modalidad elaborada artificialmente, que muchos
hablantes emplean más o menos regularmente, a la par con su geolecto o
sociolecto propios, en situaciones formales o en la lengua escrita. El dominio
del español estándar es con frecuencia un requisito socialmente importante para
desempeñar correctamente algunas profesiones o actividades prestigiosas, como
las profesiones
liberales,
la docencia o la comunicaciónmediática.
Español estándar y español neutro
No
debe confundirse el español estándar (o español estándar normativo) con el
español neutro. Este último término se refiere al modelo de lengua propio de
ciertos medios
de comunicación y entretenimiento (agencias
internacionales de prensa, estudios de doblaje, productoras de telenovelas...) que operan en
un área geolectal amplia y, que para ello, seleccionan y utilizan con
preferencia aquellas formas léxico-semánticas y morfosintáticas más extendidas
en todo ese territorio, así como modelos de dicción (estándares de pronunciación)
elaborados, que buscan eliminar la identificación territorial. El español
neutro es, como el español estándar, una modalidad elaborada a partir del diasistema del español. La
diferencia es que en el neutro es una variedad deslocalizada, mientras que el
estándar normativo presenta elementos geográficamente bien localizables.
Debido
a que algunos son conscientes de que un español neutral para todos los
hispanohablantes es imposible, se han establecido cuatro españoles
estandarizados, en algunas traducciones y, más recientemente, en doblajes, por
algunas compañías del sector: el ibérico (o europeo), para España; el mexicano para México, Estados Unidos, Canadá, y América Central; el rioplatensepara Argentina, Paraguay y Uruguay; y otro para el
resto de los países de Hispanoamérica. El español
ibérico estándar no es considerado como norma en América Latina, pues es en el
que más se acentúan las diferencias entre los otros tres estándares.
Por
ello, un español entendible por todos los hispanoparlantes se suele restringir
al habla culta, pues usando lenguaje cotidiano o vulgar puede llevar a muchas
confusiones, incluso, una misma palabra significar dos cosas completamente
distintas según el país.
Orígenes
Históricamente,
las formas estandarizadas de español estuvieron ligadas al dialecto
castellano,
fijado en su momento en la corte de Alfonso VI, que a cualquier otra de las variedades de
la lengua. Esta preferencia sociolingüística se remonta a la
organización política subsecuente a la Reconquista, en que el reino de Castilla fue la fuerza
central del movimiento político que condujo a la formación de la España moderna. El origen
de los miembros de la nobleza cortesana estuvo en la base
de la primera estandarización de la lengua, la gramática publicada a fines del siglo XVpor Antonio
de Nebrija.
El empleo de ésta en la enseñanza de la lengua en las colonias americanas mantuvo el carácter
prestigioso del dialecto de Castilla— aunque, al ser la modalidad lingüística andaluza la más extendida
entre los colonizadores,1 el español del
Nuevo Mundo adoptó rápidamente muchos fenómenos propios de ésta. Sin embargo,
actualmente el peso demográfico del español de Castilla y su importancia en el
español general es mucho menor, por lo que no debe asociarse el español estándar
moderno con las variantes
castellanas de Español.
Actualidad
La
cuestión de la lengua estándar cobró una nueva validez con la difusión de los medios de comunicación de masas, al hacer por
primera vez inmediatamente accesible a los hablantes nativos de distintos
dialectos emisiones televisivas, radiales y —más recientemente— material
electrónico procedente de regiones en las que se emplea una variedad distinta.
El menor peso de la forma estándar en la lengua oral había hecho de ésta una
cuestión marginal en otra época, un tema importante de debate.
La
perdurable influencia del centralismo lingüístico ha llevado a algunos autores
a afirmar que el problema no existe, y que basta con remitirse a la lengua
culta. Gastón Carrillo Herrera, por ejemplo,
repetía la doctrina de Menéndez Pidal al afirmar que
[p]uede que alguno o varios de estos medios
de comunicación, en un momento dado, signifiquen motivo de preocupación por el
empleo de las formas populares o vulgares. (...) [L]as necesidades sociales y
las obligaciones culturales (...) exigen de su personal una mayor cultura, en
la que está comprendida una elevación del habla a las formas estimadas cultas.
Por lo tanto ellos, serán también, cada vez con mayor claridad, fuerzas
poderosas que impulsen la elevación del idioma y su unificación.
Sin
embargo, en el ámbito oral la cuestión ha resultado problemática desde al menos
la década de 1950, cuando las
exigencias comerciales impuestas a los estudios de doblaje vecinos aEstados Unidos incluían la
elaboración de un español cuyo acento y sus características léxico-gramaticales
no fuesen reconocibles como propios de algún país. Tal empresa se reveló
rápidamente como quimérica: si bien la forma lingüística podía en ocasiones
aproximarse a una forma inteligible universalmente, con ello se impedía a la
vez que los tonos familiares, íntimos o cotidianos se transmitiesen. Varios
autores han señalado el efecto de irrealidad o distanciamiento provocado por
esa fórmula. Sin embargo, su uso duradero ha producido eventualmente un cierto
grado de familiarización con esa fonética abstracta a lo largo de
Latinoamérica; los doblajes para el mercado español, en cambio, se realizan
invariablemente en España, empleando variedades de español europeo. Si bien no
todas las películas exhibidas en salas españolas han tenido esta
característica, como algunas de la factoría
Disney (Robin
Hood 1973 y muchas
anteriores). Esto se debe a que existen modos de doblar o conseguir películas
conocidos por la inmensa mayoría de todos los hispanohablantes en el castellano-español;
al contrario de lo que ocurre, por ejemplo con el toscano-italiano y las
distintas lenguas de Italia.
El I Congreso Internacional de la
Lengua Española,
realizado en 1997 en Zacatecas (México) dio lugar a
bastante controversia al respecto. Algunos autores, como José
Antonio Millán,
abogaron por la elaboración de un «español común» compuesto por el mínimo
denominador compartido por la mayoría de los dialectos; otros, como el director
de Radio Exterior de España, Fermín Bocos, rechazaron de
plano que existiese tal problema, dando por sentada la preeminencia del español
culto frente a «extranjerismos» o «signos híbridos» en la línea más
tradicionalista. Finalmente, la postura más mesurada de estudiosos de origen
americano, como Lila Petrella, advertía que la
elaboración de una lengua neutral sería quizá posible en textos ceñidos
estrictamente a la descripción, pero que la variación de los aspectos pragmáticos y semánticos de la lengua entre
dialectos hacen imposible la elaboración de una única variedad que tenga valor
lingüístico equivalente para todos los hablantes. Cuando existen diferencias en
sintaxis —como en el ya mencionado caso del voseo— la imposibilidad
de realizar ciertas estructuras de manera neutral es más patente; el uso del «vos» resultará ajeno a
los hablante tuteantes, y viceversa.
Debido
a que algunos son conscientes de que un español neutral para todos los
hispanohablantes es imposible, se han establecido cuatro españoles
estandarizados, en algunas traducciones y, más recientemente, en doblajes, por
algunas compañías del sector: el ibérico (o europeo), para España; el rioplatense para Argentina, Paraguay y Uruguay; el mexicano para México; y otro para el
resto de los países hispanoamericanos incluidas las antillas .
En
materia de mercado televisivo, debido a que todos los países Latinoamericanos
de habla hispana son considerados como un solo territorio para efectos de
distribución de programas de televisión o sindicación, los doblajes son
realizados en un español neutro que evita el uso de modismos, acentos y de
palabras que tengan alguna significación soez en alguno de los países hispanoamericanos
al que llegará el programa doblado. Este español neutro usado en los doblajes
utiliza:
§ En la segunda persona plural el 'ustedes' en lugar del
'vosotros' y las conjugaciones verbales de la tercera persona plural (por
ejemplo: ¿Cómo están (ustedes)?).
§ El uso del 'tú' o el 'usted' se usa determinado según la
relación que exista entre las personas que se comunican, utilizándose el
'usted' en relaciones de mayor respeto.
§ Tiende a una pronunciación homogénea de la s, c y z y la b con la v.
§ Sólo la letra "h" es muda, todas las demás se
pronuncian.
§ El sonido palatal "sh", usado en las regiones
australes se mantiene la "Ll".
El
español neutro latinoamericano antiguamente también era distribuido a España en
algunos casos (películas Disney,...), pero en la actualidad ya no sucede.
Curiosamente
otro motor de unificación del español nace de las grandes empresas
multinacionales al adaptar el texto de sus manuales, software, sitios web,
etc., en inglés para producir textos y software destinados al mercado mundial.
En esos casos es más práctico producir una versión neutra de español que tratar
de crear versiones diferenciadas por país o región; pues si se hace por país
habría que producir una veintena, y si se hace por región es difícil definir
qué países englobar en la misma región, y también resulta complicado desde el
punto de vista de logística. El resultado es normalmente lo que se denomina en
el entorno de localización un "español neutral". Una versión que
intenta evitar términos que se puedan identificar con países determinados
("ordenador" es un término de España) o fenómenos lingüísticos
regionales (el voseo latinoamericano)
que se elabora mediante almacenes de datos que prescriben los términos
preferidos y los términos vitandos. Es un fenómeno interesante y muy común en
el ámbito informático, dado que el resultado abarata mucho los costes o costos
de producción, y contribuye indirectamente a la unificación del español.
Colonialismo lingüístico
Si
bien algunos dialectos de Castilla conservaron su carácter de modelo canónico
en la península hasta nuestros días —dando lugar al curioso fenómeno de que el habla
de la capital estatal, Madrid, sea una variedad menos
"prestigiosa" que la vallisoletana—, en América
rápidamente perdió influencia sobre la lengua coloquial. Aún en los centros
administrativos de Lima y México la fonética y la
gramática de los dialectos americanos se modificaron de forma perceptible. Muy
distinta fue la situación en lo que hace a la lengua escrita, donde debido a
diversas causas las diferencias son menores. Entre estas causas se citan con
frecuencia las peculiaridades del registro escrito, el predominio académico de
las universidades peninsulares, y la
centralización del lenguaje administrativo y jurídico en la autoridad
metropolitana y el hecho de que la escritura apenas refleja los rasgos
subfonémicos que constituyen gran parte de la variación lingüística.
En 1713, con la fundación
de la Real Academia Española, la normalización del lenguaje era parte de su
explícito propósito de
«fijar las voces y vocablos de la lengua
castellana en su mayor propiedad, elegancia y pureza»
A
lo largo de ese siglo elaboraría medios de estandarización, con la
publicación entre 1726 y 1793 de un Diccionario de la
lengua castellana, en que se explica el verdadero sentido de las voces, su
naturaleza y calidad, con las frases o motivos de hablar, los proverbios o
refranes y otras cosas convenientes del uso de la lengua, en 1741 de una Ortografía de la
lengua española y en 1771de una Gramática de la
lengua española. La lengua de las colonias sería registrada en
diccionarios de "americanismos",
sobre todo a partir del siglo
XIX.
El
colonialismo cultural
En
la década de 1880, una situación
política nueva y la independencia intelectual de las antiguas colonias llevó a
la Real Academia Española a proponer la formación de academias homólogas en
ellas. El proyecto contó con alguna oposición entre la intelectualidad local
—por ejemplo, en Argentina la de Juan
Antonio Argerich,
que sospechando un intento de instauración cultural argumentó a favor de una
academia autónoma y no de una que constituiría "una sucursal, vasalla
del imperialismo español", o la de Juan
María Gutiérrez,
que rechazó un nombramiento de corresponsal—, pero finalmente fue aceptado,
dando lugar eventualmente a la Asociación de Academias de la Lengua
Española.
El
celo con que estas insistieron en la converzación de una "lengua
común" (basada, claro está, en el habla de las clases superiores de la
península, y no en la poderosa influencia que las lenguas amerindias y otros
idiomas europeos, como el italiano, el portugués o el inglés, habían tenido en
los léxicos y las gramáticas americanas) continuó a lo largo del siglo XX. Una carta de1918 dirigida por Ramón
Menéndez Pidal a la American
Association of Teachers of Spanish, con ocasión de la primera
publicación de su revista, sugería:
La enseñanza de la lengua debe tender a dar
amplio conocimiento del español literario, considerado como un elevado
conjunto; y de un modo accesorio debe explicar las ligeras variantes que se
ofrecen en el habla culta en España y en Hispano-América, haciendo ver la
unidad esencial de todas dentro del patrón literario (...) en el caso concreto
de la enseñanza del español a extranjeros, no creo cabe vacilar en imponer la
pronunciación de las regiones castellanas.
Carta
de 1918, a la American
Association of Teachers of Spanish
La
prioridad de la lengua escrita sobre la oral y de la peninsular sobre la
americana era la tesis central de este escrito; el "carácter barbárico
de las lenguas indígenas americanas" impedía, en su opinión, que éstas
hubiesen de ejercer influencia alguna sobre el español de América. La tutela de
la Academia haría el resto. Con ello intentaba contrarrestar la previsión
efectuada por Andrés Bello en el prólogo a su Gramática de 1847, que temía la
profusión de variedades regionales que "inunda y enturbia mucha parte
de lo que se escribe en América, y alterando la estructura del idioma, tiende a
convertirlo en una multitud de dialectos irregulares, licenciosos, bárbaros";
para esta concepción, indisolublemente lingüística y política, sólo la unidad
de la lengua "culta" garantizaría la unidad del mundo hispano. Por el
contrario, el filólogo colombiano Rufino
José Cuervo —que compartía el
diagnóstico de Bello de la eventual fragmentación del español en una pluralidad
de idiomas mutuamente ininteligibles, aunque celebrándola— advertía contra el
empleo de la lengua escrita para medir la unidad del idioma, considerándola un
"velo que encubre el habla local".
Esta
problemática fue recogida de manera particularmente oservada en el tratado de 1935 de Amado Alonso, titulado El problema de la
lengua en América, y reiterado en 1941, cuando el académico Américo Castro publicó El problema
argentino de la lengua. Para los autores de esta corriente, la
deriva lingüística respecto de la forma culta castellana era un inequívoco
índice de degradación social; Castro manifiesta expresamente que las
peculiaridades del español
rioplatense,
en especial el voseo, son síntoma de
"plebeyismo universal", "instinto bajero",
"descontento íntimo, encrespamiento del alma al pensar en someterse a
cualquier norma medianamente trabajosa". En su diagnóstico, la fuerte
identidad de la variedad rioplatense se debe a la aceptación general de las
formas populares en desmedro de las cultas, y le preocupa sobre todo la
imposibilidad de percibir inmediatamente la clase social del hablante a
partir de los rasgos de su habla; la falta de los "frenos e
inhibiciones" que las clases superiores deberían representar le parece
un inequívoco síntoma de locura social.
El
texto de Castro es prototípico de una extendida concepción, que hace de la
unidad de la lengua el custodio de la unidad nacional, y de las clases
superiores los custodios de la ortodoxia de la misma. Buena parte de la obra de
Menéndez Pidal estaría orientada a perseguir ese fin, recomendando el
recrudecimiento de la persecución de los usos considerados incorrectos mediante
"la enseñanza de la gramática, los estudios doctrinales, los
diccionarios, la difusión de buenos modelos, el comentario de los autores
clásicos, o bien inconscientemente, mediante el eficaz ejemplo que se difunde
en el trato social o en la creación literaria". Esta forma de
centralismo clasista —común por lo demás a otros idiomas coloniales, en
especial el francés— ha influido duraderamente en el uso y enseñanza de la
lengua; sólo recientemente algunas variedades lingüísticas han pasado a formar
parte de la enseñanza oficial —como el voseo en Argentina— y de
la lengua literaria, para lo cual el naturalismo de mediados de
siglo representó un poderoso avance.